Los 15 becarios del Instituto Goldin que viven y trabajan en Colombia como defensores de la justicia social, líderes comunitarios y activistas están en la primera línea de una crisis en desarrollo. El lunes 20 de enero de 2025, el presidente colombiano Gustavo Petro declaró el estado de emergencia en respuesta al aumento de la violencia en la región nororiental del Catatumbo, cerca de la frontera con Venezuela. Para nosotros, los becarios que vivimos y trabajamos en el país, hemos sido testigos del crecimiento de esta violencia y agitación social. Aunque la violencia sigue concentrada en la región nororiental, su impacto se ha extendido por toda la nación. Para nuestros becarios, esta crisis en aumento no es solo un problema lejano, sino una realidad que enfrentamos diariamente mientras continuamos nuestro trabajo en la primera línea de la justicia social, enfrentando al mismo tiempo las amenazas muy reales de los grupos armados y la inestabilidad política.

El actual aumento de la violencia ha sido impulsado por disputas territoriales entre dos grupos armados: el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Hasta el 27 de enero de 2025, este conflicto ha cobrado la vida de más de 100 personas y ha desplazado por la fuerza a 48,000 individuos. Los desplazados han buscado refugio en zonas seguras cercanas, incluido un gran estadio de fútbol.

Más de cuarenta mil personas se han visto obligadas a dejarlo todo atrás, huyendo para proteger sus vidas y las de sus familias de una guerra que no les pertenece. Niñas y niños ven cómo su inocencia se desvanece y sus sueños se truncan en medio del conflicto. Siempre me preocupará el futuro de la guerra; lo que vendrá para estas personas es incierto. Han perdido sus hogares, sus pertenencias, sus esperanzas, y solo llegan con lo que llevan puesto. Nuestra respuesta inmediata ha sido priorizar a quienes requieren asistencia humanitaria. Sin embargo, los recursos son escasos. Hemos registrado a miles de personas desplazadas para quienes estamos tratando de conseguir refugio urgente. No hay suficiente comida. Tenemos familias de hasta 8 personas durmiendo en un solo colchón. – Natasha Duque, Directora Nacional de O.L.I Colombia

Los dos grupos armados están compitiendo por el control de rutas clave del narcotráfico en la región productora de coca, con el ELN lanzando operaciones violentas a gran escala contra miembros de las FARC, incluidos excombatientes de las FARC que firmaron el acuerdo de paz con el gobierno en 2016. Lo que alguna vez fue celebrado como un acuerdo de paz prometedor, visto por muchos colombianos como un paso hacia la estabilidad, ahora está siendo socavado por las mismas fuerzas de violencia e inestabilidad que buscaba resolver.

Familias llegando a una unidad de atención médica en busca de ayuda

El costo humano de esta crisis es devastador. Miles de familias se han visto obligadas a huir de sus hogares, a menudo con nada más que la ropa que llevan puesta, dejando atrás sus pertenencias, medios de vida y cualquier sensación de estabilidad. Algunos padres temen que sus hijos sean reclutados por la fuerza en el ELN y los envían a vivir con familiares fuera de la región para evitar la amenaza inmediata de conscripción. Líderes sociales, activistas por la paz y firmantes del acuerdo de paz han sido asesinados o han desaparecido.

Personas clasificando ropa donada en un evento de distribución

Colombia había experimentado una relativa paz desde 2016, tras el histórico acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC, que llevó a la desmovilización de aproximadamente 13,000 combatientes. Los ciudadanos comenzaron a ver cómo podría ser la vida en tiempos de paz, con menos violencia y miedo, aunque en algunas zonas persistieron conflictos de bajo nivel. Aunque la violencia no es nueva en Colombia, la escala e intensidad de esta crisis son sin precedentes, convirtiéndose rápidamente en uno de los mayores desastres humanitarios en la historia del país.

En respuesta al aumento de la violencia, nuestros líderes comunitarios en Colombia han intensificado sus esfuerzos para brindar asistencia vital a las personas desplazadas cerca de la frontera. Están movilizando recursos y voluntarios para ofrecer refugio temporal, consultas médicas y atención sanitaria. Sin embargo, operan con fondos limitados y necesitan urgentemente nuestro apoyo.

Necesitamos toda la ayuda posible. Necesitamos manos y esfuerzos para apoyar a nuestro equipo. Necesitamos ayuda para armar kits de distribución de emergencia. Tenemos mujeres embarazadas, bebés y niños, y ancianos que necesitan atención urgente. – Yoana Florez Nunez, Becaria Global residente en Cúcuta

Un niño durmiendo sobre el hombro de un hombre en la fila de registro

Hay dos formas clave en las que puedes contribuir:

  1. Apoya los esfuerzos locales de base para ayudar a las comunidades afectadas: Los activistas en la primera línea saben exactamente qué se necesita y pueden dirigir fondos y recursos donde sean más efectivos. A través de organizaciones como O.L.I. Colombia, los becarios están brindando apoyo crucial a quienes han sido afectados por la violencia y la inestabilidad. Desde refugio de emergencia hasta la defensa de la paz, tu donación tendrá un impacto directo en la vida de quienes más lo necesitan. El 100% de los fondos donados al Instituto Goldin a través de este enlace será enviado directamente a los esfuerzos liderados por los becarios en Colombia.

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  2. Comparte esta historia de liderazgo local: ayuda a crear conciencia sobre la crisis y el poder de la solidaridad con quienes están más cerca del problema. Usa tus redes sociales para visibilizar la situación e interactuar con responsables políticos y organizaciones que trabajan en la región para abogar por apoyo humanitario.

Aunque los recursos son limitados, el poder de la solidaridad y la unidad brilla cuando comunidades y voluntarios se unen para ayudar a quienes más lo necesitan. Tu apoyo, ya sea donando o defendiendo esta causa, puede marcar una diferencia duradera.

O.L.I. Colombia apoyando a las familias con su registro y necesidades administrativas

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